Hace unos días revisábamos los extraños modelos de aviones para pasajeros que la NASA planea poner en circulación hacia el 2025, pero realmente quedan chicos ante el AD-1 que surcó los cielos unas pocas veces a fines de la década de los ’70.
Su rareza queda en evidencia a simple vista: sus alas son oblicuas. ¿Y un bicho con las alas torcidas así, realmente puede volar? Sí, y no sólo eso. El ejemplar fue desarrollado en el Centro de Investigaciones de Vuelo Dryden de la agencia espacial con la finalidad de comprobar si esta modalidad efectivamente podía ahorrar combustible, tal como auguraban pruebas en un túnel de viento.
Y es así. Un diseño con alas oblicuas utiliza la mitad de combustible a velocidades supersónicas, gracias a cualidades aerodinámicas superiores como es una menor superficie de resistencia.
El ala del AD-1 pivotaba en hasta 60 grados con relación al fuselaje sólo en sentido contrario a los punteros del reloj y a un mismo consumo podía alcanzar velocidades mucho más rápidas -alcanzando hasta Mach 1,4- y cubrir distancias más largas. Al despegar, el ala se mantenía perpendicular para mantener la estabilidad y a medida que aumenta la velocidad, comenzaba a girar para alcanzar su peak de rendimiento.
Lamentablemente, tras 79 vuelos, la investigación culminó en 1982 y no se siguió adelante con el concepto, que hoy forma parte de un museo de la NASA.
¿Volarían en un avión así? Yo no me subo ni a palos…




Link: The Weirdest Plane Ever Created By NASA (Gizmodo)